30.10.16

El viaje a la intrascendencia

Hace muchos años, en los inicios de la fotografía, las personas se fotografiaban con sus seres queridos fallecidos.

La situación, que ahora nos puede parecer chocante, denotaba una voluntad de trascendencia, de intentar fijar el recuerdo de aquél que nos ha dejado. Mostraba tanto el amor por el fallecido como el respeto por aquel medio que nos ofrecía una ilusión de pervivencia.

Dentro de muchos años, si alguien se preocupa en ver nuestras imágenes, probablemente se sorprenderá del cambio en la intención de nuestros retratos. De la voluntad de trascendencia a la repetición ad infinitum de poses intrascendentes. Del abrazo a los seres queridos, aunque muertos, al abrazo perenne a nuestra autoestima, muertos aunque vivos.